27 de junio de 2012

¿Qué son los antioxidantes?



El proceso de oxidación que sufre nuestro organismo es algo inevitable. Es decir, es un proceso por el que pasan todo los seres vivos que durante sus transformaciones y metabolizaciones producen residuos que son consecuencia de este envejecimiento y desgaste del organismo. Actualmente está de moda preocuparse por tomar antioxidantes como si fueran la clave para no envejecer nunca. El problema viene causado más bien por el tipo de vida que llevamos que acelera los procesos oxidativos. Manteniendo el cuerpo en forma y alimentándonos adecuadamente debería ser suficiente para mantener los radicales libres, que son los que oxidan las moléculas, en un estado normal de equilibrio.
Exponerse demasiado al sol, mantener malos hábitos alimentarios, fumar, tomar drogas, etc., pueden ser causa de una mayor oxidación.
Como solución a este problema, las compañías farmacéuticas y de alimentación han decidido “recomendarnos” ciertos alimentos o fármacos que ayudan a tener esos radicales libres a raya. Por lo que se ha convertido en algo normal encontrar productos enriquecidos con vitaminas (sintéticas) por todas partes, como si no fuera suficiente obtenerlos a través de nuestra alimentación.
Puede ser que a través de nuestra alimentación nos cueste obtenerlas, esto es debido las diferencias nutricionales que podemos encontrar entre los alimentos ecológicos y de producción “normal”. Ya que las diferencias son bastante significativas.

¿Qué son los radicales libres?

Son unas moléculas “excitadas” que pueden actuar en la pared de las células, lesionándolas y debilitando su estructura, y facilitando la consiguiente degeneración y destrucción.
Los radicales libres atacan a los capilares, a las terminaciones nerviosas, alteran las proteínas, degradan la elastina que es la proteína encargada  de constituir los músculos y las articulaciones, lo cual facilita el proceso de artrosis, oxidan los lípidos, etc.


¿Dónde se forman estos radicales libres?
  •    Fuentes endógenas: las que son resultado de procesos internos de nuestro organismo.

La principal fuente de radicales es el exceso de calorías en la dieta, cuantas más calorías, más radicales se producen.
El estrés y la actividad física aeróbica extenuante, sin programación, aumentan los niveles de radicales libres.
En enfermedades en los que intervenga el sistema inmunitario.
  •      Fuentes exógenas: las que son causadas por causas externas
  •      La exposición a rayos ultravioleta, exceso de sol.
  •      Tabaco
  •      Drogas
  •      Medicamentos
  •      Alimentos procesados, refinados
  •      Las microondas
  •      Contaminación ambiental
  •      Radiaciones
  •      Alimentos fritos con aceites muy utilizados o requemados
  •       Los alimentos braseados.

Nuestro organismo de manera natural actúa contra estos radicales libres utilizando herramientas para neutralizarlos. Disponemos de herramientas endógenas y exógenas.

-Antirradicales endógenos:
  •       Enzimas, cinc y cobre dependiente.
  •       Catalasa hierro dependiente
  •       Coenzima Q
  •       Etc…

-Antirradicales exógenos:
  •       Vitaminas: Vitamina E, vitamina A, vitamina C
  •       Minerales: selenio, cinc, hierro, magnesio, manganeso.
  •       Flavonoides y antocianidinas


El poder de los colores

Los flavonoides son unos pigmentos naturales  que podemos encontrar en las plantas superiores. Deriva de flavus: amarillo.
Estas sustancias protegen a las plantas de las radiaciones solares impidiendo su oxidación, también en nuestro organismo pueden ayudarnos a mantener nuestros tejidos y frenar la oxidación.
Protegen a la vitamina C y a otros nutrientes actuando como antioxidantes naturales. La mayor parte de flavonoides se encuentran en la piel y capas más externas de verduras y frutas, ya que son  las partes más expuestas al sol, sin embargo, también son las partes más expuestas a los pesticidas, abonos químicos y fungicidas. Esta es la razón por la cual la agricultura ecológica es la única vía para equilibrar nuestro organismo, nutrirlo  y mantenerlo sano.
Las bayas silvestres como las moras o los arándanos son ricos en flavonoides.
Se conocen más de 3000 flavonoides: rutina, catequinas, quercitinas, taninos, isoflavonas, etc.



Las antocianinas y los pycnogenoles son sustancias con una estructura similar a los flavonoides y que tienen un alto poder antioxidante, unas 50 veces más potentes que la vitamina E y una 20 veces mayor que la vitamina C. podemos encontrarlas en concentraciones importantes en el pino marítimo, en la semillas de uva. En menor cantidad podemos encontrarlas en la uva, las manzanas, las fresas, en las rosas.
Las antocianinas son un pigmento azul de frutas y verduras como los arándanos, las moras, la col lombarda, etc.
Pueden ayudar en la prevención de las varices, problemas capilares del ojo, hemorragias, presión arterial alta, y además tienen propiedades antinflamatorias.








Los carotenos los encontramos en las verduras amarillo anaranjadas y en las de hojas oscuras encontramos los beta-carotenos, además de otros pigmentos que inhiben el desarrollo de tumores, en especial de pulmón y de piel.



La clorofila la podemos considerar una sustancia mágica. Es la sustancia a través de la cual las plantas transforman la energía de sol en alimento. Es parecida a nuestra sangre, la nuestra tiene un átomo de hierro y el de la clorofila es de magnesio.  Es de color verde.
Diversos estudios han comprobado los múltiples beneficios de la clorofila. Podemos destacar algunas de sus propiedades: anti bactericida, antinflamatoria del colon, cicatrizante de úlceras digestivas, como cicatrizante de heridas externas, desinfectante, antinflamatoria y antitérmica…


Sabiendo todo esto podemos comprender la importancia de poner colores en nuestra dieta.

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